Cuidemos la ciudad.
Según apuntan las previsiones demográficas, las ciudades concentrarán en el año 2050 a casi tres cuartas partes de la población mundial. La necesidad de recursos que será necesario movilizar, las adaptaciones a las que ya nos vemos empujadas las personas que las habitamos, el previsible aumento de la tensión en nuestras vidas dentro de un sistema económico competitivo y que genera escasez,… estos y otros procesos en evolución indican la importancia del momento que vivimos para la manera de entender, presentar y proyectar el futuro del fenómeno urbano. Cuidemos la ciudad, es hora de prestarle atención.

Cuidemos la ciudad.
Cuidemos a quienes las habitan y las modifican, a quienes las vivirán y sufrirán por elección, herencia u obligación. Los esfuerzos por adaptar los núcleos urbanos a esta nueva situación de manera que se impidan cambio sustanciales en cuestiones como reparto, justicia y extensión de los conocimientos ya se han puesto en marcha. Las alternativas para evitar el nuevo orden calcado del viejo que se insinúa desde las instituciones más continuistas, están planteadas, en funcionamiento e implican a un número cada vez mayor de personas. Para ellas y quienes llegarán, para las convencidas y las que dudan, es posible, desde la economía, establecer lazos con otras disciplinas y liderar la revolución de los fenómenos urbanos desde un modelo humano, solidario y respetuoso con la vida.

En la Red de Economía Alternativa y Solidaria de Aragón (REAS Aragón), nos preguntamos, a la hora de cuidar la ciudad, por los roles a desempeñar desde las organizaciones y empresas de economía social. Respondemos, desde la organización de nuestras XXII Jornadas de Economía Solidaria, con una reflexión sobre la ciudad en cuanto panorama de oportunidades para transformar desde lo colectivo. Y exploramos este horizonte, con todos los cuidados necesarios, desde tres perspectivas: