Las entidades del tercer sector son piezas clave en el entramado de servicios sociales que atiende a las personas vulnerables socialmente desde muchos puntos de vista. Es por este motivo, que se vuelve necesario para estas entidades tener unas buenas herramientas que faciliten su trabajo cotidiano en centros de día, pisos tutelados y resto de servicios que ofrecen.

Esta mejora tiene un impacto directo en el mejor tratamiento y desarrollo de los planes educativos individualizados, pero también un gran impacto en la calidad y satisfacción laboral de las personas que trabajan cotidianamente muchas horas con personas vulnerables, con la carga psico-emocional que eso conlleva.

Se puede acompañar el trabajo de estas entidades de varias maneras:

FORMACIÓN

Se trata de complementar con formación sobre contenidos pisoclógicos adaptados a las características de lo grupos con los que se trabaja. Por ejemplo: características de la etapa vital de la adolescencia, consecuencias psicológicas de los procesos migratorios, impacto del mandato de género en la subjetividad femenina, etc.

SUPERVISIÓN

El contacto diario con personas que padecen situaciones de vida complicadas no está exento de conflictos e impacto emocional para las personas que trabajan día a día. Poder mirar con perspectiva cuál es el trabajo que se está haciendo con cada persona, cuáles son las dificultades que se encuentran, qué nudos o problemas concretos se están dando, qué significan y cómo trabajarlos es a lo que se llama supervisión. Este trabajo de supervisión tiene evidentes repercusiones positivas tanto para las personas cuyos procesos de inserción se acompañan, como para las personas trabajadoras que irán adquiriendo una mayor capacidad de análisis de las dificultades relacionales y, en consecuencia, un mejor manejo de las mismas.

TERAPIA PSICOLÓGICA

Hay ocasiones en que se percibe que las personas que acompañamos necesitan de la elaboración psicológica de sus conductas, pensamientos, actitudes o sentimientos. Sin embargo, es casi impensable poder financiar un seguimiento con una frecuencia óptima para estas personas, que son precisamente quienes más pueden necesitarlo. En este sentido, se pueden acordar colaboraciones que hagan accesible para las entidades este servicio de atención psicoterapéutica, ya sea individual, familiar o grupal.