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Ciudadanía Económica / “Si no ardemos juntos, ¿quién iluminará esta oscuridad?”

M. en A. José Luis Gutiérrez Lozano* Fin de semana intenso: “En por lo menos 30 ciudades de México y el mundo”, reportó CNN, “se realizaron marchas y manifestaciones públicas contra Enrique Peña Nieto. Algunas pancartas acusaban ‘fraude’ o ‘imposición’ en la elección del 1 de julio pasado”. Vi por primera vez la expresión que […]

11 julio 2012
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si no ardemos juntosM. en A. José Luis Gutiérrez Lozano*

Fin de semana intenso: “En por lo menos 30 ciudades de México y el mundo”, reportó CNN, “se realizaron marchas y manifestaciones públicas contra Enrique Peña Nieto. Algunas pancartas acusaban ‘fraude’ o ‘imposición’ en la elección del 1 de julio pasado”. Vi por primera vez la expresión que titula este artículo en la exposición temporal El Principio Potosí en el museo Reina Sofía. Dicha exposición reseña las diversas formas en que los pueblos sojuzgados responden ante la imposición y coloniaje. Lo vi de nuevo escrito en una de las miles de mantas que los manifestantes portaban este fin de semana.

Nos enfrentamos a la oscuridad, México está de luto, rezan otras consignas en las redes sociales que se han convertido en el nuevo actor colectivo que refleja el pensamiento de los internautas. Millones de mexicanos se suman como nunca antes a la acción que parece no tener timonel pero que navega con inteligencia innegable. Así como comparten opiniones, recaban pruebas de las irregularidades en el pasado proceso electoral. Como eco infinito se repiten frases, videos e imágenes reclamando la aplicación de la ley para revisar la equidad de la elección.

En México, así como en varios países del mundo, la gente decide no callar más. A las marchas de indignados, movimientos okupa, se suma la ola humana pro transparencia de la elección que replica el ánimo común de ya no dejarse manipular por el pensamiento único. Ése que ya durante demasiado tiempo te conmina a obedecer la agenda que pone la élite dominante a través de sus operadores políticos, que ponen por encima de todo el nuevo orden mundial. Un orden donde tu valor social se circunscribe a consumir y callar.

Primero España, luego Grecia y ahora México, ante una crisis económica o compleja dinámica sociopolítica acorde a su propio calendario político, simultáneamente entran a un cambio de gobierno. Hay intensa movilización social, se manejan discursos y la libre expresión de la población mana por casi todos los medios masivos. Con ese “casi”, el cambio se da asegurando que todo quede igual. Que el poder siga siendo controlado por los mismos.

El juego mediático utilizado por la élite dominadora es ya conocido, y comunicólogos como David Icke, Naomi Klein o Noam Chomsky entre otros, los identifican. La maquinaria del dominio global, afirman, induce comportamientos combinados de cooptación e inducción de miedo para que a través de las urnas la población de los países satélite crea decidir sobre su futuro. Estos autores identifican las estrategias para extender y/o consolidar su control como Problema-Reacción-Solución, la Doctrina del Shock o bien como “Operaciones de bandera falsa”.

El problema de la crisis financiera y presupuestal del estado español llevó a Mariano Rajoy a la presidencia asegurando qua nada habría para la banca. Todo cambió, precisamente, para no cambiar. Permanecen los indignados fundiéndose cada día más con el panorama urbano sin que nada pase, opacados por la Eurocopa. El pueblo olvida, en exultante vértigo de triunfo, todo afán reivindicatorio, todo se diluye con la apacible bonanza que proporciona la tele, esa intocable deidad de la sala familiar.

En México, sin Eurocopa, la cooptación y distracción se da con otra bandera falsa: el miedo al cambio, el terror al activista que demanda justicia. Los medios repiten una y otra vez frases que se hacen parte del lenguaje colectivo: mesianismo –cuando la mayoría de los que lo repiten no saben lo que la palabra significa-, locura, frente al reclamo de respeto y libertad. Todo en un contexto de atemorizar inductivamente al cambio, porque el cambio no te respeta y atenta contra tu libertad.

El poder no se inmuta. Controla dividiendo y simulando. Su juego rebasa las estructuras tradicionales de los gobiernos y partidos. México es una parte del tablero global donde se juega el mantenimiento del poder en manos del mismo grupo. Unos actores visibles, pretendiendo mantener intocadas las migajas que les deja el enorme y oprobioso sistema económico financiero global, juegan como secuaces el juego dictado desde esferas mucho más elevadas. El dominio global se mantiene en manos de quienes lo han detentado en los últimos tres siglos, quienes ahora, además del dinero y los alimentos, apuestan con los programas de seguridad nacional su éxito en el comercio de las armas, farmaco-químicos y energéticos.

La prueba por la que pasa la población mexicana consiste en decidir si acepta callada la imposición, dividiéndose entre pejistas, panistas y priístas o si acepta sumar, aceptando diferencias pero uniendo su acción, para contrarrestar desde una perspectiva distinta al poder que amenaza con imponerse. La protesta sirve como primera fase para reconocer propósito común y dimensión propia, pero no es un mecanismo efectivo para contrarrestar al dominio global como sí lo es la no-cooperación.

La élite global junto con sus secuaces locales dominan con dinero, medios masivos y poder represivo, pero es vulnerable ante cualquier fuerza social que mine su capacidad de control. A la larga diluyen, cooptan, controlan cualquier protesta, pero sólo la acción coordinada que lleve a las personas a independizarse de la sujeción tradicional es la que verdaderamente funciona ante el poder dominante.

Las opciones y los caminos para la emancipación son múltiples y variados. Principiando por la no cooperación con el comercio y productores monopólicos y oligopólicos; fomento de tiendas de barrio y consumo de productos locales; cultivos en huertos de traspatio, permacultura y biointensivismo para desembarazarse de la industria alimenticia y la farmacéutica; suplementos naturales, medicina natural, dispensarios populares; cadenas independientes de radio y televisión, tanto de emisión aérea o por IP; sistema de banca independiente, banca ética, uniones de crédito y cajas de ahorro; uso de moneda social complementaria y alternativa; sistemas educativos independientes, supervisión ciudadana de las elecciones, candidatos independientes. Para que esto opere, para iluminar la oscuridad que parece impenetrable, es necesario arder juntos e iluminar un mejor futuro.

Twitter: @jlgutierrez

* Presidente de Fundación Ahora A.C., asociación que promueve la Economía Solidaria en la región centro-occidente de México con más de una década de trabajo.

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