Varios

“La insatisfacción permanente que fomenta el sistema genera una espiral de consumo”

Entrevista a José María García Breso, director de la comunidad Traperos de Emaús en Navarra Pamplona y su metrópoli generaron este año 2.500 toneladas de objetos y materiales voluminosos desechados por inservibles y que Traperos dio salida para su reutilización (75%). Trabajar contra la exclusión social es el objetivo principal de esta fundación que emplea […]

17 Agosto 2008
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Entrevista a José María García Breso, director de la comunidad Traperos de Emaús en Navarra

Pamplona y su metrópoli generaron este año 2.500 toneladas de objetos y materiales voluminosos desechados por inservibles y que Traperos dio salida para su reutilización (75%). Trabajar contra la exclusión social es el objetivo principal de esta fundación que emplea a 190 personas

Estamos evitando que se tire a los vertederos una gran cantidad de materias primas y objetos. Si todo lo que manipulamos en Traperos el 1 de enero lo empezáramos a poner en la plaza del Castillo, llegaríamos al 31 de diciembre y la tendríamos llena con cinco metros de altura”, admite el coordinador de Traperos. El objetivo medioambiental es una prioridad en su trabajo.

Se reirá si le digo que sí, que somos una sociedad consumista…

El denominador común es la conciencia cada vez más explícita del derroche. Vivimos en una sociedad donde hay un consumo acelerado, sistemático y que se incrementa. Es una espiral intrínseca que nos ha montado el sistema para renovar y renovar. Nunca estamos satisfechos con lo que tenemos y ha calado de tal manera que es una espiral imparable. Frente a esa sociedad que criticamos, porque somos menos dueños de nuestras estéticas, de nuestros gustos y llevados por las modas, por la publicidad, por lo que brilla, por la última tecnología, con independencia de su uso y utilidad, nosotros vivimos de todo eso.

¿No es una contradicción que la propia sociedad que habla de consumos sostenibles y ecología fomente la publicidad del tener más y más…?

Es una falacia desde hace muchos años. La médula del crecimiento económico se ha sostenido sobre la idea de crear un sentimiento de insatisfacción ciudadana permanente. Es una espiral imparable. En una población como la navarra, que en Pamplona y su comarca cuenta con 300.000 habitantes, estemos retirando del orden de enero hasta julio 2.500 toneladas que son fundamentalmente objetos no perecederos, voluminosos, y es muchísimo.

¿El exboom de la vivienda os ha dejado muchos muebles antiguos?

Los cambios de vivienda significa que se tira lo que se tiene y que perfectamente sirve. Conforme vamos escalando en los elementos de necesidades básicas vamos alcanzando cotas de felicidad, pero llega un momento en que están cubiertas esas necesidades y seguir creciendo en objetos y en materiales genera insatisfacción, depresión, ansiedad y más ataduras. Es lo que notamos de la recogida selectiva.

¿Cuál es el consumo más llamativo de todo lo que recogen?

El cambio de ropa es brutal. En estos primeros meses contabilizamos cerca de 250.000 kilos. Y es una ropa que está en buenas condiciones, que sale con etiquetas, que está limpia y es una renovación permanente. En el contexto global se recupera el 75% de todo lo que recogemos.

¿Y qué se hace con toda la basura tecnológica como los móviles?

Ha aumentado exponencialmente sobre todo en los últimos cinco años. De un kilo por habitante y año, a los tres o cuatro de ahora. En los convenios con las mancomunidades se incluyen los Sistemas Integrados de Gestión para gestionar la vida de un electrodoméstico. Nosotros somos un almacenamiento temporal y tenemos un circuito de recogida por todos los distribuidores, centros comerciales, etcétera. El proceso que hacemos es el mismo, primero se intenta reparar, pasa por un taller y luego se vende. La tecnológica representa entre 500 y 600 toneladas al año de la recogida doméstica que hacemos en Pamplona y comarca. Y si tenemos en cuenta el resto de distribuidores, las cantidades se duplican o triplican.

¿Falta una cultura de mercados de segunda mano como en Europa?

Mercados libres no existen aunque haya pequeños mercadillos. Traperos tiene rastros de venta de segunda mano desde hace 35 años, quizás lo que no existe tanto es esa cultura del trueque, de intercambiar cosas. En USA es muy habitual y he conocido experiencias en Italia. Es una autorregulación de los ciudadanos frente a una economía de consumo.

¿Nuestro nivel de consumo cambia según barrios y municipios?

Hay un nivel de desecho muy fuerte en los extrarradios de Pamplona, donde se ve que hay un consumo mucho más acelerado. En los ámbitos muy rurales las cosas salen mucho más usadas y existe otra cultura del ahorro y la reutilización.

¿Estamos por encima de otras ciudades en el umbral de materialismo?

En Navarra, el nivel de conciencia sobre el medio ambiente y el reciclaje es muy alta y hay una educación en los colegios al respecto, pero a la vez se tiene un nivel de vida mucho más alto. Yo creo que en el norte hay un nivel de rechazo y de consumo mucho más alto.

¿Cuántas personastrapean ?

En Navarra trabajamos 190 personas. Sarasa es el centro de recuperación y reciclaje, y la sede central, donde se hacen las clasificaciones y almacenaje. En Estella hay un grupo, Baztán, y en Belzunce hay un lugar de residencia donde conviven 18 compañeros. En realidad fue como empezamos en Pamplona, como una comunidad de vida y de trabajo, donde vivíamos y trabajábamos juntos.

¿Cómo fueron los comienzos y cómo ha cambiado la comunidad?

Llevo 30 años, desde que empezamos la comunidad en Pamplona. De 1972 a 1978 fue un campo de trabajo para jóvenes en los antiguos cuarteles de Intendencia y en 1978 formamos la comunidad como casa abierta. Las personas que formamos parte tenemos más dificultades para tener un lugar en la sociedad. Personas que somos diferentes. Gente que tiene problemas de soledad, sin techo, alcoholismo, extranjeros… El colectivo lo formamos 14 nacionalidades.

¿La reinserción social es el objetivo?

El objetivo de Traperos es la lucha contra la exclusión y contra la desigualdad. Es verdad que el trabajo es un medio importantísimo para ser independientes, para ser libres, para financiarnos y para la integración social. Pero la finalidad es otra. Somos personas que tenemos peculiaridades y diferencias, por lo que tenemos una organización interna mucho más flexible, mucho más tolerante y a nivel laboral otras condiciones como son seis horas y media de jornada de trabajo, dando una gran cancha al tiempo libre, al ocio, a la formación. No nos diferenciamos por lo económico aunque tengamos responsabilidades diferentes.

¿Qué servicios presta Traperos y cuál es su sistema de financiación?

Tenemos convenios de prestación de servicios con diferentes mancomunidades y abarcamos el 75% de la población navarra para la recogida de voluminosos (trastos viejos, colchones, electrodomésticos, etcétera), papel cartón, ropa, etcétera. En Pamplona no hay contenedores de ropa pero sí un servicio puerta a puerta que es de una calidad impresionante porque los ciudadanos llaman por teléfono y esperan un máximo de dos días. Traperos depende sólo en un 10% de subvenciones del Gobierno foral para el centro de inserción social, el resto se financia con la venta de sus servicios.

“La realidad es muy dura en Navarra para el diferente”

En Navarra existen alrededor de 200 personas sin techo, 2% en pobreza severa y 20% en el umbral de la pobreza, según las evaluaciones de los últimos planes de lucha contra la pobreza. La realidad es “muy dura” para el diferente, minorías que no pueden encontrar trabajo por brotes de “racismo” (gitanos), extranjeros irregulares que “no existen” y conviven 20 en un piso, o personas que sufren patologías por enfermedades mentales (depresión, esquizofrenia, etcétera) y no reciben respuesta a tiempo de las administraciones, destaca García.

Parte de la idea de que esta sociedad de consumo despersonaliza, fomenta la individualidad y el sentido acrítico. “La explosión urbanística hacia las ciudades dormitorio desmonta la vida colectiva de la gente, la vida del vecino, de la tienda, de el de al lado. Y todo lo colectivo genera movilización y protesta, lo individual enajena de las realidades externas”. Define su modelo social como un “espacio liberado y en resistencia, aunque vivamos de lo que tira la gente y criticando el consumo”. “Frente a un modelo que cada vez impone más valores deshumanizantes, relaciones económicas fundadas en el tener, nosotros propugnamos la igualdad salarial, flexibilidad y tolerancia, aceptación y adecuación del trabajo a la persona”, remarca.

LA FRASE
“El colectivo lo formamos 14 nacionalidades de gente que somos diferente”

El protagonista

CARNET DE IDENTIDAD
Edad. 54 años.
Lugar de nacimiento. Ciudad Real, aunque lleva 30 años en Navarra.
Familia. Casado y con dos hijas.
Carrera profesional. Estudió Teología y contactó en Bilbao con la primera comunidad de Traperos y con la realidad del “lumpen”. “Después se presentó la oportunidad de montar una comunidad en Navarra y aquí me vine”, remarca.
la pregunta
¿Todos somos o podemos ser vulnerables en esta sociedad? “Todos. La individualidad genera vulnerabilidad, lo colectivo genera seguridad. Nosotros lo vemos en la comunidad y en este ámbito de trabajo donde convivimos. Y constatamos la gran riqueza que es vivir en diversidad y aceptar al otro”.

MAS DATOS DE TRAPEROS DE EMAÚS AQUÍ

Foto: José María García posa en el taller de reparación y almacenaje de Sarasa, la sede central de la Fundación Traperos de Emaús. IBAN AGUINAGA (Diario de Noticias)

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