“Para nosotras, que venimos desde hace décadas en el sector de las trabajadoras de hogar y de cuidados, este 1 de Mayo, Día Internacional de las Personas Trabajadoras, al calor de la pandemia representa una nueva oportunidad”, comenta Josefina Roco Sanfilippo, integrante de la colectiva Trabajadoras No Domesticadas y parte del Departamento de Género y Feminismos de la Fundación Mundubat. En palabras de Roco, históricamente, la clase obrera ha sido definida “por estar dentro del mundo del asalariado”. Esto hace que haya un sinfín de trabajos, tiempos y esfuerzos que quedan fuera de esa definición. Ahí se encuentran, precisamente, las trabajadoras de hogar y de cuidados. Mujeres, empobrecidas, rurales y del sur global que, a ojos de la sociedad, “solo realizan tareítas en las casas”.

El denominado ‘mundo del trabajo’ se olvida de algo esencial para el ser humano: la reproducción y el sostenimiento de las vidas. “No es casualidad que todos aquellos trabajos vinculados a sostener, cuidar y alimentar tengan un común denominador: feminización, precarización, invisibilización, infravaloración, desigualdad y desregulación son características que se repiten, respondiendo a un patrón estructural que no pone los cuidados en el centro”, denuncia Josefina Roco.

Se trata, sin duda, de una negación histórica. Se trata de un sistema capitalista, patriarcal y colonial, que ha sabido llenar bien sus arcas a costas de esta invisibilización, “violentamente rentable”, según Roco.

La crisis del COVID-19 ha desvelado la fragilidad de este sistema: “Ya no se puede mirar para otro lado, ni esconder debajo de la alfombra lo que no sabemos o no queremos abordar. Nos quieren sumisas y calladas, pero daremos candela. Porque no es el virus, es el sistema”, dice Josefina Roco con contundencia.

El 1º de mayo es asueto, pero también un tiempo para reivindicar los derechos de la población trabajadora y como bien lo expresó una trabajadora de hogar y de cuidados, es un día de rebeldía. La siguiente nota está construida con “retazos” de los testimonios de distintas mujeres de aquí, de allá, que con sus agendas laborales sostienen la economía de sus hogares. En resumen, sostienen la vida.

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