Este 2024 se ha realizado un proyecto muy estimulante y necesario: la Escuela de activismo y finanzas éticas. Coordinada por FETS y con la colaboración de Labcoop, Oikocredit y la Fundación Finanzas Éticas, esta no era una escuela cualquiera: se ha convertido en un espacio de formación práctica para que las personas jóvenes puedan reflexionar sobre el modelo económico actual y encontrar alternativas más justas, feministas y respetuosas con el medio ambiente.

En esta primera edición han participado 13 personas de entre 22 y 33 años y con estudios muy diversos relacionados con las ciencias sociales, la economía, la comunicación, las políticas, la docencia y la ingeniería. Algunas de ellas viven en el área metropolitana y en Barcelona, ​​pero también ha habido representación de otros territorios, como Segarra y Sils. Aunque la mayoría de las participantes ya tenían una trayectoria como activistas o estaban vinculadas a movimientos asociativos, con esta formación han podido profundizar en aspectos más concretos del activismo económico. Bajo el lema “Jóvenes de hoy”, la escuela también quería romper con estereotipos sobre el colectivo joven: “Últimamente, oímos mucho hablar de los jóvenes, pero lo que hace falta es escuchar a los jóvenes. La experiencia de la Escuela nos demuestra que más allá de generalizaciones, hay una generación de jóvenes concienciada con el mundo que le rodea, con una mirada propia del sistema económico y sus impactos y con ganas de dejar su huella en la sociedad y han visto que la economía solidaria y las finanzas éticas pueden ser una herramienta para ello. Estamos muy satisfechas de la experiencia, que ha sido muy valiosa no sólo por las alumnas de la escuela, sino también por todas las entidades que han participado.”, dice Nina González, coordinadora de FETS.

Un programa muy completo con más de 20 referentes

El curso ha constado de cinco sesiones formativas, que tuvieron lugar entre el 17 de febrero y el 16 de marzo y combinaron dinámicas de cohesión de grupo con otras para conocer tanto los impactos del actual sistema económico como las alternativas que funcionan con otra lógica, con un total de 23 entidades participantes referentes.
Las dos primeras sesiones, que tuvieron lugar en el Grupo ECOS, trataron sobre las finanzas éticas como engranaje de las economías transformadoras –una sesión para conocer el origen y características de este modelo– y sobre el papel de los bancos en las guerras , en la que profundizamos en los impactos de la banca armada y conocimos las estrategias activistas de denuncia. En esta sesión conocimos la experiencia de la Plataforma para una fiscalidad justa, Oikocredit Catalunya y Arç cooperativa.
La tercera sesión tuvo lugar en el Ateneo El poblet y estuvo dedicada al derecho a la alimentación y la comunicación de guerrilla (una formación con el Apóstrofo). Por la tarde, las participantes visitaron la oficina de Fiare Banca Ética en Barcelona.
La cuarta sesión la hicimos en La Comunal, donde hablamos de la Banca Fósil con XR Barcelona, ​​conocimos los escenarios de transición ecosocial de los futuros imposibles con la XES y visitamos Coop57.

La quinta sesión, en LaFede, trató sobre el activismo financiero desde una mirada feminista, con Setem, el ODG y Red Dawn y también conocimos las experiencias de CoopHalal y la Base, en Argentina. Además del programa formativo, las jóvenes han podido realizar prácticas activistas en Banca Armada, Fiare, Pam a Pam, La Coordi, Coop57 y FETS.

¿Qué opinan las participantes?

Después de todos estos meses juntas, hemos querido conocer la opinión de las personas que han participado en esta primera edición de la Escuela de activismo y finanzas éticas. “Me apunté a la escuela porque quería profundizar en temas con los que trabajo y aprender más sobre las alternativas financieras, algo que muchos jóvenes desconocemos. También me ha permitido conocer a personas con mis mismas inquietudes y sensibilidades”, dice Andrea Etxeberria. Xavi destaca que “he podido conocer alternativas que existen y que nos permiten vivir de forma coherente con los valores que tenemos”.

Otros participantes valoran las herramientas facilitadas durante el curso: “He descubierto muchas herramientas y recursos tanto para mí como para mi entorno y ha sido una experiencia muy enriquecedora para todas las personas que he ido conociendo. Hemos construido una red de activistas en distintos ámbitos, porque la economía se encuentra en todos los activismos”, apunta Mireia Martínez. Noelia Fort, por su parte, remarca que se lleva “un nuevo ámbito del activismo que no conocía: las finanzas éticas. Ahora sé qué aplicación tienen en mi vida.”

Esta primera edición nos ha servido para darnos cuenta de que hay que seguir acercando la economía social y las finanzas éticas a los jóvenes y también para descubrir una generación empoderada y crítica, ¡que quiere pasar a la acción!