REAS Euskadi interviene en la inauguración de Gizartekoop-Economía de Iniciativa Social

El pasado 9 de octubre tuvo lugar FOROKOOP un espacio organizado por el  CSCE (Consejo Superior de Cooperativas de Euskadi) y KONFEKOOP (Confederación de Cooperativas de Euskadi) y que en esta septima edición ha contado con la colaboración de REAS Euskadi. Carlos Askunze, en representación de REAS Euskadi realizó una intervención en la inauguración de […]

17 October 2013

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El pasado 9 de octubre tuvo lugar FOROKOOP un espacio organizado por el  CSCE (Consejo Superior de Cooperativas de Euskadi) y KONFEKOOP (Confederación de Cooperativas de Euskadi) y que en esta septima edición ha contado con la colaboración de REAS Euskadi.

Carlos Askunze, en representación de REAS Euskadi realizó una intervención en la inauguración de las jornadas. Adjuntamos su intervención.


Es un placer para REAS Euskadi, poder colaborar y participar en el desarrollo de esta Jornada de FOROKOOP. Y lo es porque presentamos un espacio de reflexión y trabajo compartido entre dos redes que, aún siendo desiguales, compartimos los principios básicos de la economía social, aquellos que ponen la actividad económica al servicio de las personas y de su entorno, justamente al contrario de lo que hace el sistema capitalista y que tan graves consecuencias está teniendo –particularmente en esta coyuntura–, para la vida de las personas, los pueblos y el medioambiente.

Y en estos tiempos que corren, este tipo de espacios colaborativos, más que sumar multiplican. Multiplican, porque, ese otro principio básico de la economía social que es la inter-cooperación, puede hacer que uno y otro sector salgamos reforzados. Así, el cooperativismo, por poner sólo un ejemplo, aporta un modo de ser empresa, participativo y autogestionario, que debiera ser extendido en el ámbito de la economía solidaria y también en el del tercer sector de intervención social. La economía solidaria y el tercer sector de intervención social, pueden aportar al cooperativismo, a su vez, una mirada que va más allá de la propia actividad cooperativa y de los intereses de sus personas socias y de su entorno; una mirada comprometida con el desarrollo de la comunidad, en su conjunto, y especialmente comprometida con los sectores más excluidos de la economía y de la sociedad.

Es por ello que, más allá de la realización de esta jornada, tenemos por delante el reto de seguir estrechando relaciones y, sobre todo, poniendo en marcha iniciativas y proyectos de colaboración.

Iniciativas que, en primer lugar, refuercen los valores compartidos y los pongan en el centro de nuestra actividad, Porque, no nos engañemos, es más fácil proclamar principios que adoptarlos en nuestras prácticas. Y, por desgracia, en el cooperativismo, en la economía solidaria, en el tercer sector de intervención social, no siempre practicamos lo suficiente esos valores centrales que teóricamente rigen nuestro modo de ser empresa o nuestra forma de estar en la sociedad. Colaborar, por tanto, para recuperar los valores, para hacer autocrítica y para mejorar.

Reforzar esos valores básicos para, en segundo lugar, aumentar la dimensión política de nuestras propuestas. Se trata de visibilizar y potenciar la economía social en general, y nuestros sectores en particular, como iniciativas diferenciadas e innovadoras en el ámbito socio-económico. Iniciativas que construyen alternativas económicas para un modelo de sociedad alternativo: más justo, solidario y sostenible. Si no trabajamos en esa dirección, estamos renunciando a nuestros orígenes y a nuestros principios.

Pero para ello, como no podía ser de otra manera, tenemos que ser capaces de crecer. Crecer en número de empleos, crecer en actividad económica y social, crecer en imbricación ciudadana. Y hoy, tal y como están las cosas, y especialmente para quienes queremos impulsar propuestas alternativas, eso sólo va a ser posible desde la intercooperación, desde la suma de voluntades que es capaz de multiplicar resultados, desde experiencias concretas de trabajo colaborativo… Los sectores del cooperativismo, de la economía solidaria, del tercer sector de intervención social y de la economía social en su conjunto son sectores importantes en cuanto a trayectoria histórica e implantación en nuestro territorio, pero debemos aspirar a serlo mucho más.

Debemos crecer porque la necesidad de una economía y una sociedad diferentes lo demandan y, para ello, debemos inter-cooperar en iniciativas concretas. Y se nos ocurren algunas (seguro que habrá muchas más) para hacerlo entre el cooperativismo, la economía solidaria y el sector de intervención social:

  1. Iniciativas de inter-cooperación empresarial. El buen hacer y la implantación de uno y otro tipo de empresas u entidades puede ser muy fructífero para la propia mejora de los procesos de gestión e innovación empresarial, así como para la apertura de nuevos mercados, el acceso a contratos públicos, etc.
  2. Promoción de la inserción socio-laboral de personas en situación o riesgo de exclusión social. En estos tiempos, esta línea de trabajo debiera ser un distintivo propio de la economía social en su conjunto. En ese sentido consideramos que hay que abrir espacios de intermediación laboral entre empresas de inserción, entidades que trabajan en orientación y formación para el empleo y el sector cooperativo
  3. Propuestas financieras de banca ética y cooperativa. En estos tiempos de bancarización de las cajas de  ahorro, de dificultades de acceso al crédito al servicio del desarrollo local y al servicio del impulso de actividades transformadoras, existen instrumentos financieros de tipo cooperativo y/o de banca ética  a impulsar y entre los que se pueden establecer sinergias y espacios de colaboración.
  4. Acuerdos que promuevan del auto-consumo en el propio sector. Un compromiso de compra de bienes y servicios entre las propias empresas y entidades que conforman el cooperativismo y también la economía solidaria, empresas de inserción, iniciativas de intervención social, etc. aumentaría en gran medida nuestro mercado.
  5. Promoción del consumo responsable, a través de un mercado de carácter social para la ciudadanía. Se trata de vender productos y servicios con un alto valor añadido que no lo ofrece el mercado capitalista.
  6. Impulso de espacios de encuentro de la todas las familias de la economía social vasca. Necesitamos de un espacio de encuentro, de colaboración, de defensa compartida de nuestros intereses, a través de la creación de CEPES Euskadi u otro tipo de foro.
  7. Actividades de investigación, formación y sensibilización en materias relacionadas con las alternativas económicas. Necesitamos formación interna, investigar en colaboración con el ámbito universitario y también visibilizar y sensibilizar a la ciudadanía sobre nuestras propuestas económicas: para demostrar que existen alternativas, pero también para incorporar a más personas en el impulso de dichas alternativas.
  8. Desarrollo de actividades de interlocución social, económica y política frente a otros agentes públicos y privados.

Particularmente hemos de prestar atención a nuestra capacidad de colaborar para ganar espacios de interlocución política. El diálogo social no puede ser potestad exclusiva del empresariado de tipo capitalista y del ámbito sindical. La economía social y sus diferentes agentes, incluido el sector de intervención social no lucrativo, debe ser un espacio que no debe ni puede quedar al margen del debate político, social y económico; ni fuera –como ocurre a menudo– de las estructuras de participación institucional. Interlocución, también, para que las propuestas de la economía social estén presentes en los diferentes políticas públicas y para que la propia economía social sea una política pública prioritaria.

En ese sentido, no debemos olvidar nuestra capacidad de  interlocución para frenar los recortes presupuestarios que se están produciendo en materias sobre las que somos especialmente sensibles: la promoción de la propia economía social, las iniciativas de orientación, formación y promoción de empleo, las políticas sociales o los sistemas de inclusión y protección social, etc.

Con esta jornada tratamos de abrir un diálogo que nos haga enfrentar en mejores condiciones los retos que la sociedad y la coyuntura actual presentan, que no son otros que los relacionados con la construcción de una economía al servicio de una sociedad mejor. Se trata, para ello, de ir generando ámbitos de colaboración como los citados. La economía de iniciativa social es un buen espacio de encuentro entre cooperativismo, economía solidaria y sector de intervención social no lucrativa.

Esperemos que estas jornadas sirvan para inaugurar un nuevo camino fructífero de colaboración entre estos sectores. Eskerrik asko

 

 

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