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Para variar, ¿qué tal un gobierno honesto?

M. en A. José Luis Gutiérrez Lozano* Ya iniciada la contienda presidencial mexicana en los medios de comunicación, surgen nuevamente los promotores del cambio por el cambio mismo. Que en virtud de la alternancia sea ahora mujer, claman los más chatos de entendederas como si el hecho de portar un vestido bajo la banda presidencial […]

14 February 2012

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M. en A. José Luis Gutiérrez Lozano*

Global Financial IntegrityYa iniciada la contienda presidencial mexicana en los medios de comunicación, surgen nuevamente los promotores del cambio por el cambio mismo. Que en virtud de la alternancia sea ahora mujer, claman los más chatos de entendederas como si el hecho de portar un vestido bajo la banda presidencial fuera a cambiar las cosas. La alternancia de partido no funcionó en beneficio del país hace doce años. El cambio de colores partidarios ocultó la continuidad de los compromisos del poder político con los poderes fácticos del dinero y negocios turbios.

Gracias a la publicación semanal Voces Ciudadanas, se difunde entre la sociedad civil mexicana un reciente informe de Global Financial Integrity (http://www.gfintegrity.org/ ): México: Flujos Financieros Ilícitos, Desequilibrios Macroeconómicos y la Economía Sumergida. Voces Ciudadanas, editada por Iniciativa Ciudadana para la Promoción de la Cultura del Diálogo, A.C., que a su vez es profesionalmente dirigida por el luchador social Elio Villaseñor, rescata en su edición número 32 las partes más relevantes del texto que desnuda con crudeza el tremendo saqueo del que México ha sido objeto entre 1970 y 2010. Con la alternancia en el poder político, la salida de capitales de forma ilícita desde nuestro país no se detuvo, incluso muestra un incremento sustancial que alcanza su máximo en el año 2007, el primer año de gobierno del régimen que está por expirar.

Desde el 2006 el organismo Global Financial Integrity (GFI) publica un informe mundial en el que analiza los flujos financieros ilícitos (FFI) y un estudio de un país en especial donde explora este fenómeno a profundidad. Para el reporte del 2011, México fue seleccionado dado que se detectó su peso como exportador de flujos monetarios ilegales al sistema financiero global. En el estudio, el país ocupa el segundo sitio con el mayor FFI en un ranking de 160 naciones; China encabeza la lista y Rusia tiene el tercer lugar.

La investigación ha sido conducida por Dev Karr, actual economista en jefe de GFI y el Center for International Policy (CIP) y anteriormente economista del Fondo Monetario Internacional (FMI). En el reporte de cien páginas se puede constatar, con lujo de detalles, que la evolución de los flujos ilícitos es evidentemente un problema estructural, claramente asociado a los problemas de gobernanza, mala gestión económica, inestabilidad política, y otros aspectos en los que también destacan la corrupción y la actividad criminal prevaleciente en el país. Pero además -cosa que resulta altamente preocupante- se afirma que los mayores montos de flujos ilegales financieros están a cargo de agentes económicos legítimos: multimillonarios, multinacionales y entidades financieras. O sea, con el beneplácito del gobierno en turno.

México ha sido pauperizado, exprimido. En 40 años los FFI de México ascendieron a 871, 914.3 millones de dólares, con la reserva de que si se consideran operaciones ilícitas en efectivo como las del narcotráfico y la trata de personas, el monto podría exceder el billón de dólares. Ello muestra cómo ha aumentado la capacidad del crimen organizado y la circulación de dinero de dudosa procedencia para ingresar al sistema financiero mexicano.

El gigantesco negocio que para unos cuantos ha representado el forzado ingreso de nuestra nación al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), dentro de la lógica mecánica neoliberal para exprimir la riqueza de las naciones, se ve claramente con la evolución de los flujos financieros ilícitos. Los FFI como porcentaje de la deuda externa de México se incrementaron del 15.0% en 1970 al 28.7% en 2010, con una media del 16.8% en el periodo 1970-2010. El brusco incremento de este índice se produjo principalmente después de la entrada en vigor de este tratado en 1994.

Los datos muestran que el flujo financiero ilícito es un fenómeno que no varía con la expansión o contracción de la economía. Incluso, revela con nitidez que hay toda una ingeniería financiera nacional e internacional muy bien dispuesta que se sustenta en la opacidad y el secreto bancario que brindan los países llamados “paraísos fiscales”. A este flujo de fondos ilegítimos habría que sumar el llamado “dinero caliente” o especulativo que provoca inestabilidad financiera, y que en el caso de México tuvo un papel determinante en pasadas crisis económicas.

La reseña que hace el economista Francisco Alvarado Arce de la investigación y que publica Voces Ciudadanas, es extraordinaria. Las conclusiones que rescata del estudio son lapidarias y contundentes: “los crecientes flujos financieros ilícitos y su monto son producto de la corrupción que permea en diversos ámbitos del quehacer gubernamental y del sistema financiero; así como de los sobornos o comisiones que se relacionan con las actividades criminales, sin obviar la facturación fraudulenta y la actividad de la economía informal”. En “la total ausencia de una política que fiscalice dichos flujos ilícitos y procure la colaboración de autoridades fiscales y penales para su eliminación, no se atisban acciones concretas ni voluntad política para ello, con todo que los datos reportados son aportados por el gobierno mexicano a los organismos financieros multilaterales.” Y “Las implicaciones del flujo financiero ilícito trascienden el ámbito estrictamente financiero, en tanto su persistencia e incremento se dan gracias a la corrupción y el actuar del crimen organizado, lo que implica un círculo vicioso para la economía mexicana y su estabilidad, así como para la gobernabilidad del país.”

Ante esto, sólo cabe esperar que la alternancia que requiere nuestro país no se circunscriba a un cambio de colores o pasar de pantalones a faldas. El cambio debe ser hacia un gobierno honesto, transparente y libre de compromisos, que fomente una política de rendición de cuentas de gran aliento que permee en todos los ámbitos.

 

* Presidente de Fundación Ahora A.C., asociación que promueve la Economía Solidaria en la región centro-occidente de México con más de una década de trabajo.

Twitter: @josgutie

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