Mercado Social

“Queremos convertir la frustración en energía política a través de la música” (Fundación Robo)

Fundación Robo es un colectivo de artistas que reivindica la música como herramienta de crítica y movilización social. La impulsaron los músicos Karlos Osinaga, Joseba Irazoki y Roberto Herreros, aunque se han ido sumando muchos más, como Nacho Vegas, Albert Pla o Julieta Venegas, entre otros. En enero organizaron un concierto conjunto con REAS Euskadi […]

1 February 2013

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Fundación Robo es un colectivo de artistas que reivindica la música como herramienta de crítica y movilización social. La impulsaron los músicos Karlos Osinaga, Joseba Irazoki y Roberto Herreros, aunque se han ido sumando muchos más, como Nacho Vegas, Albert Pla o Julieta Venegas, entre otros. En enero organizaron un concierto conjunto con REAS Euskadi en Bilbao, utilizando la música para promover un consumo más responsable con la sociedad y con el medio ambiente, bajo el lema Bailemos Otra.

¿En qué consiste la campaña Bailemos Otra?

Zaloa Pérez, REAS Euskadi: Desde REAS trabajamos con el tema del mercado social y con los circuitos alternativos de consumo, somos una red que agrupa a entidades y empresas de economía solidaria y hacemos bastantes campañas de sensibilización sobre consumo responsable. Cuando salió la campaña de crowdfunding de Fundación Robo participamos con una pequeña aportación para financiar el disco de aniversario a través de la plataforma Goteo porque nos pareció que es algo que encaja mucho con los valores que defendemos y con los que trabajamos. La campaña va ligada también a la idea que consumir muchas veces se convierte en algo desagradable, aunque sea algo que hacemos todos y que hacemos porque queremos, como cuando vas a una gran superficie, por ejemplo. Reivindicamos que el consumo pueda ser algo agradable, de ahí viene lo de “este consumo no es una canción de amor”. Quisimos aprovechar que Fundación Robo venía aquí para mezclar el tema del consumo con la música y el baile, convirtiéndolo en algo diferente. 

¿Qué es Fundación Robo?

Nacho Vegas, Fundación Robo: Es una plataforma colectiva de gente que queremos demostrar que la música también puede mirar hacia fuera y dar testimonio de lo que sucede alrededor, ser una voz crítica y no algo autocomplaciente como lo es muchas veces, incluso en la música más independiente y alternativa. Fundación Robo surge después de las movilizaciones del 15M, Roberto fue quien comenzó y yo me uní después, de hecho surgió en un bandcamp, con canciones con licencia Creative Commons. Coincidimos en la idea que bajo esta gran crisis hay también una crisis política y creemos mucho en la acción social como el único movimiento político válido. En este sentido REAS encaja perfectamente en nuestra filosofía. En la industria musical han cambiado mucho las cosas, en estos últimos diez años, tras los abusos que ha habido por parte de entidades de gestión, grandes editoriales y sellos discográficos, ha cambiado la forma de consumir música y se imponen formas alternativas que son más justas y más agradables, en la misma línea que comentaba Zaloa.

Como músico, ¿crees que estas vías alternativas de creación y consumo de música ligadas a las licencias libres y a Internet son factibles? 

Nacho Vegas: Sí. Digamos que la industria discográfica creó un monstruo enorme que no es capaz de alimentar y por suerte se está viniendo abajo. Los grandes sellos se están hundiendo y eso es una buena noticia para la música. En realidad, simplemente los grandes depredadores que había en torno a la cultura, y en este caso la música, están sufriendo las consecuencias de sus actos. Eso abre un hueco para que se pueda difundir la música de otra manera y permite que haya más visibilidad para los grupos pequeños que cuando eran las grandes editoriales quienes decidían qué tenía que sonar en la tele y en la radio. 

¿Se podría decir que pasa algo parecido en el ámbito del consumo en general? 

Zaloa Pérez: Nosotras desde REAS hemos hecho una reflexión parecida, pero no en el ámbito musical sino en el de la economía. Hemos visto como esta crisis ha generado una gran pérdida de empleo, pero si analizas bien esos datos te das cuenta que la destrucción de empleo y de tejido empresarial se produce en un determinado tipo de empresa. Sin embargo, las entidades de economía social han soportado mejor la crisis. Entonces te planteas, ¿qué es lo que las diferencia? Que las empresas de economía solidaria no se centran solo en acumular capital, sino que importan las personas y el entorno donde se está haciendo la actividad. Hemos visto claramente que es el momento de la economía solidaria porque ha demostrado ser una alternativa clara. Es la única manera de salir de esta.

Nacho Vegas: Es una analogía que se puede hacer con el mundo de la música porque yo he escuchado muchas veces esos argumentos tramposos de que Internet está destruyendo mucho empleo en los sellos, pero en realidad quienes están aguantando el tipo son las plataformas de autoedición, los sellos independientes y pequeños, la gente que trabaja con vocación.

Desde Fundación Robo defendéis una forma diferente de hacer música, como colectivo y no como artistas individuales….

Roberto Herreros, Fundación Robo: Sí, no solemos decir nunca quien toca en los conciertos porque pensamos en una plataforma donde intentamos que predomine la obra sobre sus autores. En Barcelona hicimos un concierto, y un periodista nos decía “ha venido mucha gente, ¡pero si hubieseis dicho que tocaba Kiko Veneno, habría venido mucha más!” Pero perdería el sentido porque lo chulo del proyecto es que sea un colectivo donde conviven músicos más conocidos y otros menos, que no tenga importancia quien está detrás de cada canción.

Nacho Vegas: El objetivo también es entrar en contacto con otros grupos de acción social. Lo hicimos con Patio Maravillas, con Diagonal, y ahora con REAS. Es lo bonito, porque hacer un concierto de Fundación Robo en una sala no tiene mucho sentido…

Roberto Herreros: Nos llaman de salas comerciales para tocar, pero una iniciativa de este tipo no encaja demasiado en una sala al uso, estamos intentando llevar la música a sitios donde habitualmente no suena, que es algo que nos apetecía un montón.

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