Finanzas Éticas

Premio a las Comunidades Autofinanciadas

PREMIO MERCÈ CONESA A LA MEJOR INICIATIVA SOLIDARIA Jean Claude Rodríguez-Ferrera: “Los pobres no lo son todo el año por igual” Trabajó los microcréditos durante cuatro años en comunidades indígenas de Guatemala, pero fue en Venezuela donde el barcelonés Jean Claude Rodríguez-Ferrera descubrió las comunidades autofinanciadas (CAF). Allí aprendió que con el dinero de la […]

7 April 2009
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PREMIO MERCÈ CONESA A LA MEJOR INICIATIVA SOLIDARIA
Jean Claude Rodríguez-Ferrera: “Los pobres no lo son todo el año por igual”

Trabajó los microcréditos durante cuatro años en comunidades indígenas de Guatemala, pero fue en Venezuela donde el barcelonés Jean Claude Rodríguez-Ferrera descubrió las comunidades autofinanciadas (CAF). Allí aprendió que con el dinero de la comunidad se puede hacer frente a las necesidades del colectivo, e importó el modelo.

–¿Qué es una CAF?
–Una comunidad autofinanciada formada por grupos de entre 10 y 30 personas que se unen para ayudarse mutuamente.

–¿Y eso cómo se concreta?

–Inicialmente constituyen un fondo que les sirve para darse créditos entre ellos muy pequeños, de unos 300 euros, para financiar urgencias. Suelen ser personas con pocos recursos, y ese dinero les ayuda a hacer frente a pequeñas necesidades. Y los créditos se devuelven en muy poco tiempo, de manera que siempre hay fondos para ayudar a cualquier miembro que lo necesite.

–¿Todo el mundo puede formar parte de una CAF?

–Es un modelo pensado para personas con unos mínimos ingresos y que conozcan a gente en su barrio. El 60% de las personas que forman parte de un grupo afirman que la CAF es su única red social. Para nosotros eso es importante. Conseguir que tengan relación entre ellos. Y a veces la red social no se constituye si no hay un excusa para encontrarse, y el dinero es una excusa perfecta.

–Uno debe tener mucha confianza en el prójimo para invertir sus escasos recursos en una CAF.
–La gente pobre no lo es todo el año por igual. Hay momentos en los que tiene más recursos y momentos en los que tiene menos. Y hay momentos en los que sí tiene dinero para invertir en la comunidad, y más si sabe que después podrá contar con dinero cuando lo necesite.

–¿Y eso a qué se debe?

–A la temporalidad y la diversidad de trabajos: un día se ayuda a pintar una casa, otro día se venden rosas y otro se hace un traslado.

–¿De cuánto acostumbra a ser la inversión inicial?
–De entre 20 y 30 euros. La cantidad la acuerdan los socios en el momento de formar la asociación. Aunque hay unas normas claras, como que solo puedes pedir un máximo de cuatro veces lo invertido, con lo que cuanto más dinero pones más puedes pedir o, lo que es lo mismo, cuanto más confías en la comunidad más confía esta en ti.

–¿Se basan todas las comunidades en las mismas premisas?
–Partiendo de una metodología, cada grupo toma sus propias decisiones. Los musulmanes optan por no aplicar ningún tipo de interés. Otros grupos ponen el 1% para que la comunidad vaya creciendo y disponga cada vez de más dinero.

–La mayoría de los que forman parte son inmigrantes.
–Sí, y muchos grupos están formados por gente del mismo origen, pero cada vez hay más mezclas. Se crea un sentimiento muy grande de pertenencia. La gente no pone ahí sus ahorros y ya está, entra porque cree en la comunidad, confían los unos en los otros y saben que allí encontrarán ayuda.

–¿Cuántas CAF hay en Catalunya?
–En este momento 22. Pero ahora, además, hay dos grupos en Madrid y se montarán cuatro más pronto. Pero funciona en 12 países.

Artículo publicado el 2 de abril de 2009 en El Periódico de Catalunya

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