Apuntes agrícolas – Nuestra prácticas en las huertas colectivas de autoabastecimiento

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Este documento que se adjunta intenta ser una aportación de unos aprendices, desde lo agrícola, al desarrollo de esta manera de organizarse horizontalmente, decidir por consenso, responsabilizarnos colectivamente y practicar la autogestión que vamos impulsando las cooperativas unitarias (que integran producción, distribución y consumo) con un fin principal, el de alimentarnos, pero que va más allá intentando ser una práctica transformadora no sólo de nuestra alimentación sino de nuestras vidas y alrededores. Una herramienta que fortalezca nuestra lucha, haciendo hincapié en lo local y cotidiano. Y en disfrutarlo.

El objetivo más pragmático está relacionado con el día a día en la huerta, en el grupo agrícola. Estos apuntes son principalmente para las personas que llegan, muchas veces con pocos conocimientos agrícolas, ávidas de participar, saber y con ganas de experimentar: aquí os contamos cómo lo hacemos, qué hemos aprendido con los aciertos y errores de los 7 años pasados. Además son para quienes seguimos una recopilación, una invitación al debate, a la puesta en común, a saborear cada vez más lo que hacemos continuando el aprendizaje colectivo. La invitación es también para quienes tengáis la inquietud de hacer algo parecido en otras partes, ahí va un apoyo en forma de papel al que seguro que siguen otro tipo de apoyos y contactos. Son también para quienes habéis pasado por la cooperativa haciéndola posible, desde la parte del consumo y especialmente desde la parte agrícola, ¡muchas gracias!.
Esto es simplemente una redacción de lo que hemos aprendido/enseñado juntas antes, durante y después de nuestro paso por ella. Y cómo no un reconocimiento a la riqueza que atesoran los abuelos maestros frente a las sucesivas “revoluciones verdes” que siguen desprestigiándolos a la vez que nos dicen “come mierda”.
La visión que aquí se recoge es sobre todo práctica, renunciando al máximo a lo teórico y dando en todo caso referencias bibliográficas para quien esté interesada en buscar explicaciones más detalladas y razonadas, científicas, que muchas veces no tenemos. En realidad refleja cómo hemos aprendido este poquito de campo, con la práctica sobre todo. Por ello mismo estos apuntes serán más válidos cuanto más acompañados vayan de personas que ya estén manos a la obra y tengan una visión global que permita valorar cuáles de estas ideas son viables en su contexto concreto y cuáles no.
Aquí intentamos reflejar que hay diferentes manejos en las distintas cooperativas a pesar de coincidir en lo fundamental, pero está más presente la forma que estamos poniendo en práctica en el BAH-Alcarria con sus peculiaridades: de las más pequeñas en tamaño (40 unidades de consumo –uc’s- y un grupo agrícola de dos personas haciendo 1 ¼ jornadas de trabajo) y de funcionamiento muy local (los 4 grupos y las huertas están en 4 pueblos limítrofes), dimensión y distancias reducidas que permiten un funcionamiento más flexible y facilitan la espontaneidad en lo organizativo adaptándose a las necesidades del huerto y no al revés; aunque en último término dependa más del enfoque de las personas que participan, aspectos sobre los que reflexionamos en uno de los apéndices.
A medida que todo esto se desarrolla y también que van cambiando las circunstancias se genera más conocimiento colectivamente, lo que dar lugar a actualizaciones o ampliaciones de estos apuntes. ¿Quién se anima a desarrollar los apartados de riego por goteo, plantas aromáticas/medicinales, reproducción de variedades locales y producción de plantel, ejemplos de temas que estamos empezando a manejar más seriamente ahora?. Pues nada, aquí va el primer fascículo de este coleccionable que incluso se podría ir actualizando (¿qué tal anualmente, en los inviernos, con debates agrícolas intercooperativos?) en sucesivas reediciones.
De alguna manera esto es también un álbum de “fotos de familia” tanto hortícola como cooperativamente hablando, y esperamos que refleje el cultivo de las relaciones personales y sociales que también sucede en nuestros proyectos tendentes a superar el individualismo que tenemos tan interiorizado a favor de la confianza y el pensamiento colectivo y el apoyo mutuo como motores y lógicas iniciales de interacción. Este tipo de cultivo social anticapitalista bien se merecería otro fascículo.