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Dinero solidario para la economía solidaria catalana

Por Jordi Garcia Jané (Jordi@apostrof.coop) Según Bernard Lietaer, especialista en sistemas monetarios, tan sólo en los últimos 40 años, se han registrado 145 quiebras bancarias, 208 monetarias y 72 crisis de deuda soberana. La media indica que cada seis semanas se produce una crisis de estas características en alguna parte del mundo. La pregunta es: […]

19 juny 2013

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Por Jordi Garcia Jané (Jordi@apostrof.coop)

Según Bernard Lietaer, especialista en sistemas monetarios, tan sólo en los últimos 40 años, se han registrado 145 quiebras bancarias, 208 monetarias y 72 crisis de deuda soberana. La media indica que cada seis semanas se produce una crisis de estas características en alguna parte del mundo. La pregunta es: ¿cuántas crisis más debemos soportar para decidirnos a salir del paradigma financiero, monetario y económico capitalista?

Pero ciñámonos hoy a la dimensión monetaria de dicho paradigma. A lo largo de los siglos, los humanos hemos empleado distintas cosas que considerábamos valiosas como dinero: la sal en el Mediterráneo, las telas en China, el tabaco en África, el cacao en América Central… Más tarde, el oro se convirtió en el medio de intercambio y estándar de valor por excelencia; todo el mundo lo reconocía como algo valioso y sobre esta base se determinaba el valor del resto de cosas. Posteriormente, el metal precioso fue sustituido por monedas con aleaciones de metales y, en el siglo XVIII, en Londres, se inventaron los billetes, que “representaban oro”. En 1941, con el acuerdo de Bretton Woods, se decidió equiparar las monedas nacionales con el dólar de EE.UU., que tenía una reserva en oro como garantía. Pero en 1971, Nixon, reconoció que su país no tenía oro suficiente para sustentar el dólar y esa moneda dejó también de ser convertible en el codiciado metal. Desde entonces, las monedas oficiales del mundo son fiduciarias, es decir, se crean de la nada y no están respaldadas por nada material, sólo por la confianza en su emisor que la sociedad le otorgue.
 
Si bien el dinero nació como un instrumento público para facilitar los intercambios de productos y servicios y como medida de valor, en estos momentos ha sido privatizado por bancos y grandes corporaciones, que lo han convertido en instrumento de especulación, acumulación y transferencia de riqueza de los pobres hacia los ricos.  Como en la crisis del 1929, hoy nos tienen metidos en una situación tragicómica. Tragicómica porque aunque la mayoría de la sociedad (empresas y personas) seguimos poseyendo la capacidad para proveer bienes y servicios que los demás necesitan, al retirarnos los bancos el dinero de la circulación, hemos dejado de trabajar los unos para los otros y hemos caído en el pozo negro del paro y la falta de recursos.
 
En realidad, no todo el mundo sigue preso del dinero oficial. Ya en la depresión de los años 30 del siglo pasado, surgieron monedas no oficiales, tales como el wara en Alemania o el wörgl en Austria. Y un lustro más tarde, desde la década de los ochenta hasta hoy, por doquier diferentes grupos han creado monedas alternativas, también llamadas sociales, locales, complementarias o comunitarias, como los chiemgauer en Alemania, los sampaios en Sao Paulo, los tlaloc en Méjico, los ithaca hours en EEUU, el fureai ticket en Japón, los brixton pound en Londres, los sol-violette en Tolouse, los boniatos en Madrid, los pumas en Sevilla,… y ahora, en Cataluña, entre otras, el ecosol, la moneda de la economía solidaria.
 

El ecosol

Una moneda comunitaria es un símbolo de valor que un grupo de personas adopta para sus intercambios. Puede tomar la forma de vale circulante (billete) o de anotación en cuenta (moneda electrónica). En ambos casos representa la contraparte de la entrega de valor real, que permite a quien proporciona valor útil pedir al mismo tiempo valor equivalente a otro miembro de la comunidad.
 
El ecosol pretende ser la moneda comunitaria de la economía solidaria catalana. Se inspira en la moneda complementaria suiza, el wir, en tanto que sistema de crédito mutuo entre empresas, y en el chiemgauer alemán, en tanto que moneda que los consumidores pueden comprar con euros.
 
El ecosol fue creado por la Xarxa d’Economia Solidària (XES) para la primera edición de la Feria de Economía Solidaria, que tuvo lugar en octubre de 2012. Su ámbito de circulación es el denominado Mercado Ecosol, una comunidad de crédito mutuo sin intereses formada por prosumidores solidarios (cooperativas, asociaciones, profesionales…), así como por consumidores que desean acceder a dicho mercado cambiando euros por ecosoles  al ventajoso cambio de 11 ecosoles por 10 euros.
 
Como sistema de crédito mutuo, el ecosol se genera cada vez que una empresa vende a otra un producto y no cobra en efectivo, sino que la empresa vendedora aumenta su saldo para comprar otros productos o servicios a cualquier miembro del Mercado Ecosol, mientras que la empresa compradora contrae una deuda que deberá saldar vendiendo al resto de miembros sin cobrarles tampoco en efectivo. Cada cooperativa, profesional o entidad dispone de un límite de crédito para comprar dentro del Mercado Ecosol; este límite fluctúa en proporción del volumen de ventas que realice dentro del mismo mercado: cuanto más venda más podrá comprar.
 
¿Cuáles son los objetivos que persigue la XES al apostar por el ecosol? Por una parte, ayudar la economía solidaria a resistir a la crisis, más aún, a hacerla crecer dinamizando los intercambios y atrayendo a nuevos consumidores y proveedores a su seno. Pero también, incentivar el consumo responsable y, mediante el ejercicio de la confianza y la reciprocidad, generar una comunidad cada vez mayor de productores y consumidores de la economía solidaria, que termine desembocando en un verdadero mercado alternativo al capitalista, regido por la equidad en los intercambios, la solidaridad entre productores y consumidores, y la distribución de bienes y servicios necesarios y producidos de modo socialmente responsable. Estamos hablando del denominado mercado social o mercado solidario, un objetivo estratégico para muchos movimientos de economía solidaria, entre ellos el catalán.
 
Ahora, desde el pasado 17 de junio y hasta el 26 de julio, la XES ha iniciado con Goteo una campaña de crowdfunding para poder financiar un plan de acción que permita consolidar el Mercado Ecosol. La campaña lleva por título “ECOSOLidaritza’t (“ECOSOLidarízate”) y, como dicen en su vídeo explicativo, esperan que sea la última vez que deban pedir euros. Nunca tan bien dicho.

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