Hace seis años, las empresas y entidades de la Xarxa d’Economia Solidària empezamos a elaborar nuestros balances sociales. Nos movían tres voluntades. La voluntad de saber, mejor dicho de sabernos, porque no nos conformábamos con impresiones y con el día a día para conocer la realidad de nuestras organizaciones, sino que queríamos parar por un momento el ritmo frenético del trabajo para evaluarnos y hacerlo sobre múltiples facetas y desde una polifonía de voces.

Voluntad de mostrar porque estábamos íntimamente convencidas de que, a pesar de todas las miserias e insuficiencias que arrastramos, estábamos pariendo una forma de hacer empresa y economía sustancialmente más justa, democrática, equitativa y sostenible que la dominante, y eso la sociedad lo tenía que conocer.

Finalmente, voluntad de mejorar porque manteníamos la misma autoexigència ética que arrastró a nuestros colectivos humanos, en su día, hacia la aventura de emprender en clave cooperativa, social y solidaria, y necesitábamos una herramienta que nos iluminara los caminos de mejora.

Hoy estas tres voluntades se mantienen intactas y la herramienta para llevarlas a la práctica se ha perfeccionado de manera considerable. A pesar de que todavía son pocas las organizaciones que hacen el balance social debido a la escasez de medios, de la XES para promoverlo y de cada organización para rellenarlo, en esta quinta edición ya podemos afirmar que el balance social se ha convertido en una herramienta consolidada.

Desde el conjunto de la XES queremos agradecer a todas las personas de la Comisión del Balance Social el montón de horas que desinteresadamente se dedican a ello, así como a todas las empresas y entidades que han participado. Si confeccionar el balance comporta siempre un esfuerzo, mantenerlo ahora, en momentos tan complicados como el que estamos viviendo, no hace sino demostrar una vez más la firmeza de su compromiso social.

Más información