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Catalunya demuestra que otra economía es posible

La octava edición de la Fira de Economía Social y Solidaria muestra el nivel de consolidación de las alternativas en esta comunidad, especialmente, en áreas clave como vivienda y alimentación. Escribe Arrate Sarrionandia en «Consumo que suma», el blog de Ecologistas en Acción en El Salto. El otoño comienza a notarse en este sábado de […]

8 noviembre 2019

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La octava edición de la Fira de Economía Social y Solidaria muestra el nivel de consolidación de las alternativas en esta comunidad, especialmente, en áreas clave como vivienda y alimentación. Escribe Arrate Sarrionandia en «Consumo que suma», el blog de Ecologistas en Acción en El Salto.

El otoño comienza a notarse en este sábado de octubre en Barcelona. A pesar de ello, el sol no falta al traspasar la puerta de la Fabra i Coats y divisar los primeros puestos de la Fira de Economía Solidaria de Catalunya. La antigua fábrica es hoy un espacio creativo multidisciplinar que acoge este fin de semana su cita anual con la Economía Social y Solidaria. Un escaparate de productos y servicios con los que cubrir todas las necesidades de nuestra vida cotidiana desde una economía al servicio de las personas.

En la FESC han estado presentes proyectos tan consolidados en el territorio como Som EnergiaFiareTriodosL´Olivera y Goteo, entre otros. Igualmente, despuntan iniciativas en pleno desarrollo desde el área de vivienda y alimentación como La BordaSostre Civic y Food Coop Bcn, que cubren las demandas sociales en estos ámbitos donde la especulación y las leyes del mercado rigen.

Som Energia, a punto de cumplir diez años de andadura, cuenta con más de 60.000 socios y más de 100.000 contratos de energía renovable. La cooperativa de consumo desde sus inicios ha conseguido ocupar un lugar destacado entre las pequeñas comercializadoras y es un ejemplo de la socialización de la energía en España. Con sede en Girona impulsa la auto-producción a través de varios proyectos y tiene planeado implementar sus primeros parques eólicos con los que generar el 30 % de la energía verde que consumen sus socios.

En un mercado lleno de especulación y falta de confianza como es el inmobiliario, las alternativas desde la Economía Solidaria han crecido considerablemente en los últimos años. El interés del ciudadano por encontrar una alternativa social a un bien básico como es la vivienda es evidente. Sostre-Civic ofrece un modelo de propiedad colectiva en cesión del uso, muy extendido en países como Dinamarca y Uruguay. La cooperativa es siempre la propietaria de la vivienda, lo que evita el lucro individual a través del alquiler o venta. Las viviendas están consideradas un bien de uso del que los socios pueden disfrutar de forma indefinida a través del pago de una cuota inicial y unas mensualidades.

Otro de los proyectos estrella de la ESS en Barcelona es Food Coop Bcn. Un supermercado cooperativo que une lo mejor de dos modelos antagónicos: los valores del consumo agroecológico y las comodidades de la gran distribución. Actualmente, se encuentra en fase de desarrollo a través de la Asociaciació per l´Impuls dels Supermercats Cooperatius i el Mercat Social.

La tecnología también ha contado con su propio espacio, TECNOFEST, con la misión hacer frente al control monopolístico y al consumo desmesurado de productos tecnológicos. Entre las opciones en este ámbito se encuentra EReuseque promueve la economía circular de móviles, ordenadores y tabletas a través de la reutilización y el reciclaje.

En su octava edición la FESC ha contado con más de 200 iniciativas que demuestran la diversidad, riqueza y madurez de la Economía Solidaria en Cataluña y una creciente demanda de la sociedad.

Otra forma de consumo ya es posible.

 

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