Cáritas ha ofrecido este miércoles, en cuatro comparecencias diferentes, su memoria de actividad en Hego Euskal Herria durante el pasado año. Los responsables de esta organización han alertado de la cronificación y la feminización de la pobreza.

El secretario general de Cáritas de Gasteiz, Ramón Ibeas, ha explicado que esta organización católica atendió directamente el pasado año en la CAV a 46.000 personas, 6.000 más que en 2012.

Según sus cálculos, y habida cuenta de que muchos de esos 46.000 usuarios directos no viven solos, Cáritas ha explicado que su ayuda llegó a unas 70.000 personas en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. El director de Cáritas en Nafarroa, Ángel Iriarte, ha explicado por su parte que cerca de 15.000 hogares sufren exclusión severa.

El problema «sustancial» que provocó que recurriesen a Cáritas fue la vivienda, ya que las familias «intentan no perder su lugar de residencia» y para ello «sacrifican otras cosas», lo que tiene como consecuencia que «la situación de precariedad y vulnerabilidad sea grande».

Ibeas ha puntualizado que el aumento de usuarios en 6.000 personas no supone una subida relevante porque en los años del «núcleo duro de la crisis» (2008, 2009 y 2010) la demanda creció anualmente entre el 250 y el 500%.

En cuanto al perfil de las personas atendidas, el 40% cuentan con nacionalidad española y el 60% son inmigrantes. Este porcentaje se invierte en el resto del Estado español, debido a que las ayudas sociales institucionales son inferiores a las vascas. Así, Ibeas ha señalado que en Euskadi y Navarra la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) supera los 600 euros, mientras que en otros lugares apenas alcanza los 300, lo que provoca que Cáritas se convierta «en un servicio social del Estado de Derecho, frente a la dejación estatal».

Más de un lustro

Por herrialdes, en Bizkaia, Cáritas atendió en 2013 a 12.500 personas, un 60% mujeres. El director de Cáritas Bizkaia, Carlos Bargos, ha alertado de la «cronificación» de la pobreza, con personas que llevan más de cinco años necesitando ayuda.

En Araba, el 60% de las 5.107 personas atendidas por Cáritas eran mujeres de entre 31 y 50 años, solas y con hijos a su cargo, lo que dificulta aún más su acceso al mercado laboral. Estos datos hacen cada vez más evidente la «feminización de la pobreza».

En Gipuzkoa se atendió a 29.306 personas, una cifra muy similar a la 2012. El director de Cáritas Gipuzkoa, José Ramón Aramendi, ha advertido de un «perfil nuevo» de solicitantes, ya que cada vez piden ayuda más matrimonios jóvenes, con hijos a su cargo, que compraron un piso cuando ambos tenían un trabajo y que ahora están en el paro, su prestación ha terminado y el «colchón de solidaridad familiar» no puede sostenerlos.

Ángel Iriarte ha indicado que en Nafarroa cerca de 110.000 personas se ven afectadas por la exclusión social y de estas, 48.000 sufren exclusión severa, un 7,5% del total de la población.
«Antes de la crisis había una sensación generalizada de que en Navarra no había pobreza y exclusión», ha subrayado, aunque ha añadido que la gente empieza a ser más consciente de esta realidad.