Los resultados de la campaña de diagnóstico del Balance Social 2012 señalan, entre otros, que han aumentado un 7,5% los contratos

Si la economía solidaria promoviera valores que no practica dentro de sus organizaciones, ¿qué coherencia tendría? Por eso nació en 2008 el Balance Social, una herramienta de diagnóstico empresarial para mejorar el funcionamiento interno de las entidades, tanto en la vertiente social como medioambiental. Este año una cincuentena de asociaciones, cooperativas, sociedades laborales y empresas de inserción han participado para demostrar, una vez más, que son coherentes y que lo que aportan es mucho más que un ahorro económico puesto que desarrollan su actividad de forma rendible, socialmente responsable y respetuosa con el medio ambiente.

Según se desprende de los resultados del último Balance Social, la economía social y solidaria (ESS) genera una cifra de negocio de casi 28,5M, el 60% de los cuales provienen de cooperativas de trabajo y sociedades laborales. Más de 30.500 personas tienen algún tipo de vinculación con estas organizaciones de la economía solidaria, que han participado al Balance Social, y que muestran, además, un elevado grado de transparencia y una gran presencia de la mujer trabajadora. En lo que se refiere a cargos ocupados por mujeres el porcentaje es casi paritario (45%), superando al conjunto de tejido económico de Cataluña. Hay que añadir que el 12% de las personas que trabajan a la ESS provienen de colectivos en riesgo de exclusión social.

Otros elementos de calidad que destacan de las conclusiones son que el 60,5% tienen una política o sistema de gestión ambiental, el 95% tienen una política lingüística favorable al catalán y que el ESS ha dedicado más de 61.300 € (el 7,5% de los excedentes) a aportaciones económicas solidarias. Finalmente las entidades de la economía solidaria han depositado más de 2M en finanzas éticas.

En términos de generación de empleo, la ESS ha aumentado el 7,5% los contratos respeto el año anterior, además, los trabajadores muestran un nivel de satisfacción y bienestar muy elevado, que también comparten los clientes.

El balance social consiste a rellenar algunos datos generales de la entidad y un cuestionario de una cincuentena de preguntas distribuidas en los capítulos de democracia, igualdad, compromiso social, medio ambiente, calidad laboral y calidad profesional, inspirado en el sistema EFQM de sencillez, confidencialidad, operatividad y universalidad. De este modo se mide las aportaciones sociales y medioambientales de la organización y se detectan los elementos a consolidar y a mejorar.

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