Economía Solidaria

Un plan económico a considerar

M. en A. José Luis Gutiérrez Lozano* Durante este año cambiarán de gobierno varios países cuyas economías representan la mitad del Producto Interno Bruto mundial. México entre estos, se apresta a elegir nuevo titular del poder Ejecutivo y cambiar totalmente su poder legislativo. Los retos para redefinir el rumbo ante el fracaso del capitalismo global […]

31 enero 2012

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M. en A. José Luis Gutiérrez Lozano*

Economía MexicanaDurante este año cambiarán de gobierno varios países cuyas economías representan la mitad del Producto Interno Bruto mundial. México entre estos, se apresta a elegir nuevo titular del poder Ejecutivo y cambiar totalmente su poder legislativo. Los retos para redefinir el rumbo ante el fracaso del capitalismo global -tal como lo reconocieron los asistentes y organizadores del Foro Económico Mundial que tuvo lugar en Davos, Suiza la semana pasada- son enormes.

México parte de una situación de crisis extrema. La población que ha perdido la seguridad de ingresos por ocupación parcial o desocupación se acerca a una quinta parte de la población económicamente activa y crece ante el escuálido dinamismo en la generación de empleos. Aún no superada a pesar de dos décadas de política monetaria y fiscal restrictivas, la inflación persiste afectando más a los precios de bienes y servicios internos –no comerciables- que a los de bienes y servicios comerciables con el extranjero. La planta productiva resulta en 2012 muy poco dinámica y competitiva ante otras economías, sujeta a rigideces y restricciones de origen tributario mientras que la infraestructura se hace rápidamente obsoleta por falta de inversión.

La competencia electoral ha iniciado con los precandidatos presidenciales de dos de las tres fuerzas políticas con mayor preferencia electoral. Mientras uno, el del partido que gobernó de forma única durante setenta años hasta el año 2000, se desplaza a Davos para refrendar su lealtad al sistema que hoy se debate en subsistir, el de las izquierdas unidas realiza un inusitado pacto con el sector empresarial para generar crecimiento económico y empleos.

El tema electoral por excelencia en las contiendas electorales de 2012 es el económico. México no es la excepción. Para sorpresa de oponentes y detractores, Andrés Manuel López Obrador, precandidato único de las izquierdas, derrotado en cuestionada elección hace seis años, es quien toma la delantera en definir un proyecto económico sustentado en la promoción de la inversión privada. Al ser el primer planteamiento estructurado que presenta una de las opciones a ocupar la presidencia de la República, resulta de gran interés analizarlo en esta columna. El plan, en cuyo diseño participaron empresarios y académicos de diversas disciplinas, consta de varias vertientes. Desatacan la de desarrollo productivo e industrial, la de política fiscal y la de política crediticia y monetaria.

Al anunciar que el maestro en administración pública y empresario, Fernando Turner Dávila, ocuparía la Secretaría (Ministerio) de Economía de su gobierno en caso de ganar la elección, se abrió la oportunidad para que éste diera a conocer los detalles de la vertiente de desarrollo productivo e industrial. Resalta por su énfasis en incentivar la inversión y, junto con ésta, el empleo. Detalla que sería a través de mecanismos de mercado, al sujetar la inversión pública para evitar déficit fiscal, como se motivaría la inversión privada. Propone manejar una política de tipo de cambio realista y bajas tasas de interés para permitir una mayor competitividad de nuestros bienes y servicios en el extranjero que a la vez reduzca la inflación, evitando transferir ineficiencias del gobierno al sector privado.

Señala Turner que un cambio en el enfoque y manejo de la economía, eliminando dogmas, puede ser el detonador hacia el crecimiento económico similar al que hicieron los países asiáticos (Corea del Sur, Taiwán y Singapur) en los 60’s. Al impulsar sus gobiernos el proceso de acumulación de capital estimulando al inversionista privado, las tasas de ahorro subieron, abriendo oportunidades rentables de inversión. Coincide con los analistas de todos los signos ideológicos que México debe crecer económicamente como mínimo 5% anual y que un crecimiento de 7% anual sería el necesario para poder cubrir el actual déficit de empleo formal.

Plantea iniciar el proceso a través de una reducción de 10% en los precios de la energía y productos petroquímicos. El costo neto fiscal de esa reducción, dice, sin considerar el aumento de actividad económica, no sería mayor a 0.3% del PIB. Urge a iniciar un proceso para adecuar y ajustar (alinear) precios y tarifas públicas con las de países con los que competimos (China, India, Estados Unidos) y expresar un compromiso de alineación permanente. En correspondencia, establecer una política de largo plazo para no traspasar a toda la economía la ineficiencia del sector público. Redefinir los estatutos del Banco (Central) de México para enfocar sus objetivos no sólo en el combate a la inflación, sino aplicar una política monetaria que promueva el crecimiento económico y de empleos, coordinando así la política fiscal y monetaria a un mismo objetivo.

Resalta su propuesta de crear un organismo de financiamiento y apoyo real a las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMES), autónomo y auto sustentable, que haga las labores que hacían los organismos que con la política neoliberal desaparecieron. Que promueva una política industrial que ayude al aparato productivo para competir internacionalmente.

Marcando una importante diferencia ideológica con la que muy probablemente será la propuesta de los otros candidatos, señala que el estado debe reconocer su responsabilidad de intervenir en sectores de baja competencia para impedir monopolios. En este sentido resalta la desregulación para permitir acceso a más oferentes a los mercados, refuerzo y descentralización de comisiones reguladoras, modernización de las leyes antimonopolio y el uso del poder de compra del Estado.

Concluye que alineando las políticas de esta manera, con intervención efectiva para aumentar la competencia interna, se aceleraría, de inmediato, la economía, aumentando la productividad del capital y el trabajo para alentar la inversión y el empleo.

* Presidente de Fundación Ahora A.C., asociación que promueve la Economía Solidaria en la región centro-occidente de México con más de una década de trabajo.

Twitter: @josgutie

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