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La Economía que viene

Reiteradamente en mis colaboraciones he estado insistiendo que la economía preponderante en el mundo no puede, no debe prevalecer más porque es depredadora, deshumanizante, privilegia la competencia sobre la cooperación. Porque en ella, la codicia y la avaricia son la motivación fundamental para la acumulación de dinero que, ante una eventual insolvencia bancaria general, no […]

11 agosto 2009

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Reiteradamente en mis colaboraciones he estado insistiendo que la economía preponderante en el mundo no puede, no debe prevalecer más porque es depredadora, deshumanizante, privilegia la competencia sobre la cooperación. Porque en ella, la codicia y la avaricia son la motivación fundamental para la acumulación de dinero que, ante una eventual insolvencia bancaria general, no servirá para comer. La lógica inherente al sistema promueve la escasez artificial para incrementar ganancias; para que haya un ganador debe haber perdedores.

Sus resultados en esta fase de desarrollo de la humanidad, son a la insolvencia de los acreditados y quiebra del sistema bancario-monetario por la especulación financiera sin límite. Similar al afán de algunos que, por acumular dinero, envenenan a la población entera. Unos envenenan de manera legal con manipulación mediática, alimentos y medicinas adulteradas, y otros con estupefacientes considerados ilegales.

La integridad de la vida sobre el planeta está siendo amenazada por la desertificación, pérdida de bosques, ríos, tierras y lagos por contaminación o desaparición. Pero también la vida humana y su cohesión social son amenazadas por la angustia frente a la escasez de recursos de muchos que ya no pueden sostener una vida digna. Indignidad que provoca migraciones por hambre y desplazamientos humanos por miedo a la guerra, cuyo propósito siempre ha sido la expansión territorial y control de recursos naturales.

Vemos por los medios masivos de comunicación una vida de artificio. Lujos, bienes, viajes, comodidades, servicios que promueven un sistema de vida de abundancia material que pareciera indicar lo contrario al panorama descrito anteriormente. Pero no nos damos cuenta que a esta Jauja propagandística sólo puede acceder uno de cada siete miembros de la humanidad quienes la promueven para continuar disfrutando, a costa de los otros seis. Los gobiernos que responden a los intereses de quienes controlan el dinero, y con ello temporalmente el poder, refuerzan el engaño masivo de la recuperación económica, obras de ornato y vida de farándula.

Hoy en día la capacidad de sostener este estilo de vida, esta economía, ha llegado a su límite. La “Carta de la Tierra”, documento emitido en la Cumbre Mundial de Desarrollo Sustentable de Johannesburgo, convocada por la ONU hace nueve años, establece como uno de sus cuatro principios fundamentales para defender el futuro planetario la “Justicia Social y Económica”. Las cuatro líneas de acción que a su vez integran este principio llevan a la necesaria sustitución del sistema económico preponderante por otro totalmente distinto que en dicho documento no se define. En aras de esta definición, otras iniciativas mundiales, regionales o locales, instituciones académicas serias, organismos de la sociedad civil comprometidas profundamente con la vida de este planeta que previendo el futuro de la humanidad han estado proponiendo cómo transformar de fondo el sistema económico.

El enfoque denominado Economía Solidaria (o Socioeconomía Solidaria), resultado de estas iniciativas, ha llegado a coincidir en los siguientes principios:

Asociacionismo. Los agentes económicos operan de forma más eficiente y equitativa cuando son integrados por colectivos que, en cualquiera de sus formas, implican visión panorámica y democracia interna. El trabajo común organizado es la forma más adecuada para producir y remunerar equitativamente.

Trabajo en Redes.
Las organizaciones y emprendimientos en un nuevo esquema económico trabajan horizontalmente en redes. De esta forma y como una gran red solidaria, se articula y favorece la el intercambio y cooperación multisectorial.

Incorporación de Valores Culturales Locales.
Todo lo que los miembros de la red producen, incorpora sus propios valores culturales locales (técnicas productivas, procesos, diseños, etc.) con lo cual todos se enriquecen y se evita la masificación enajenante.

Consumo y Producción Responsables.
Consumir lo que las redes producen para satisfacer necesidades reales, las cuales producen lo que la red requiere consumir, no por moda impuesta u obsolesencia simulada. Esto promueve el comercio equitativo y compartir la abundancia.

Consumo y Producción Sustentables.
La Economía Solidaria exige educación en la sustentabilidad, el uso responsable los recursos naturales y el comportamiento amigable con el medio ambiente.

Mecanismos Propios de Intercambio. Los miembros de la red de Economía Solidaria desarrollan en forma libre sus propios medios de intercambio, moneda social y sistemas de trueque que complementen medios financieros sociales, sustituyendo así a la emisión monopólica del dinero.

Democracia Económica-Democracia Política y Social. Conciencia de una ciudadanía integral. Al existir la democracia y respeto a la diversidad hacia lo interno de los agentes económicos, se fomenta necesariamente la democracia en lo político y en lo social.

Globalización Humanamente Integradora. Frente a la economía capitalista que es unidimensional en la búsqueda del lucro, que especializa, divide y explota, la Economía Solidaria redimensiona el propósito de integrar las múltiples dimensiones de la vida como el ocio creativo, la recreación cultural y la diversidad, entre otras.

Sí hay opciones para transformar la economía, sólo falta la voluntad.

Artículo escrito por José Luis Gutiérrez Lozano para La Jornada Aguascalientes

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