Economía Solidaria

FBES: avances y conquistas en la construcción de otra economía

La temática de la Economía Solidaria viene ganando espacio en los últimos años. Desde 2001, el Forum Brasilero de Economía Solidaria (FBES) promueve la articulación de organizaciones solidarias con el gobierno. En esta primera parte de la entrevista, el coordinador ejecutivo del Forum, Daniel Tygel, habla acerca de las conquistas obtenidas por la entidad. Adital […]

23 octubre 2008

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La temática de la Economía Solidaria viene ganando espacio en los últimos años. Desde 2001, el Forum Brasilero de Economía Solidaria (FBES) promueve la articulación de organizaciones solidarias con el gobierno. En esta primera parte de la entrevista, el coordinador ejecutivo del Forum, Daniel Tygel, habla acerca de las conquistas obtenidas por la entidad.

Adital – ¿Cuáles son las principales conquistas alcanzadas por el Forum desde su creación?

Daniel Tygel – Son muchas las conquistas para el poco tiempo desde que el FBES se estructuró nacionalmente, muchas de las cuales son de carácter indirecto o más difíciles de mensurar cuantitativamente en impactos económicos. Señalo aquí algunas que, en mi opinión, se destacan.

La creación de la Secretaría Nacional de Economía Solidaria (SENAES) fue una de las primeras conquistas, pues con esto conseguimos incorporar en la estructura del Poder Ejecutivo Nacional un lugar institucional específico para la Economía Solidaria. Esta Secretaría nace absorbiendo el conjunto de banderas elaboradas por el movimiento en las Plenarias Nacionales de Economía Solidaria, y cargó consigo otras dos conquistas (en la misma ley de su implementación): la realización de la I Conferencia Nacional de Economía Solidaria en 2006 y la implantación del Consejo Nacional de Economía Solidaria, con 2/3 de la sociedad civil (1/3 desde los emprendimientos solidarios y 1/3 de entidades y movimientos de la sociedad civil) y 1/3 del poder público, involucrando a 13 ministerios y 3 bancos públicos (incluyendo al BNDES), entre otros. Este Consejo es actualmente el principal espacio de convergencia de las políticas y programas del Gobierno Federal y de diálogo con la sociedad civil sobre la temática de la Economía Solidaria.

La organización del movimiento de Economía Solidaria fue otra conquista: hoy el FBES está constituido por más de 100 Foros Microrregionales/Municipales y 27 Foros Estatales de Economía Solidaria. En estos espacios están comprometidos directamente (en un cálculo modesto) más de 3.000 emprendimientos solidarios (grupos, asociaciones y cooperativas de producción, servicios, comercialización, finanzas solidarias, trueques, empresas recuperadas, entre otros), 500 entidades locales, estatales y nacionales de la sociedad civil (ONGs, sindicatos, iglesias, universidades), 100 gobiernos municipales y seis gobiernos estatales con programas de Economía Solidaria.

En esta misma línea, el FBES consiguió en sus pocos años de existencia organizar las demandas difusas del conjunto de actores de la Economía Solidaria en una Plataforma Nacional de Economía Solidaria y a través de la realización de la IV Plenaria Nacional de Economía Solidaria en marzo de este año, que involucró un proceso participativo y diverso, de 2 años, con la realización de más de 140 actividades microrregionales / municipales y 27 plenarias estatales involucrando a más de 4.000 personas representando a emprendimientos solidarios, entidades de apoyo y gestores públicos. Considero a ésta una gran conquista, pues conseguimos construir de manera extremadamente democrática una priorización de las banderas de la economía solidaria y planeamientos pormenorizados en relación con las acciones y alianzas estratégicas.

Actualmente, el FBES es la principal referencia de debates, informaciones y reflexiones en relación con la Economía Solidaria en el país, a través de seminarios, talleres, y un sitio web en internet extremadamente vasto y dinámico, alimentado en forma participativa tanto nacionalmente como por los estados. En este campo, se destacan el boletín quincenal del FBES (y la herramienta gratuita de impresión del boletín, el Mamulengo, en el que cualquier persona puede hacer una selección propia de noticias y eventos, para difusión vía fotocopias en los barrios y ciudades); los buscadores de la economía solidaria (donde se encuentran productos y servicios de la economía solidaria en cualquier ciudad del país, en el mapa, además de las leyes municipales y estatales de Economía Solidaria en el país, iniciativas de formación, clubes de trueques solidarios, etc.), y la biblioteca de economía solidaria (con más de 700 títulos, entre informes, artículos, tesis, estudios, videos y otros materiales de ayuda para quienes quieren profundizar el tema e instrumentar en acciones).

Además, los Foros Microrregionales y Estatales de Economía Solidaria realizaron varias conquistas, tales como la aprobación de leyes estatales o municipales en varios municipios y estados del país, a través de su movilización y proposición ante el poder público y articulación con otros movimientos sociales (el conjunto de leyes actualmente existente o en trámite en los municipios y estados se encuentra en el buscador del marco legal, en el sitio web del FBES).
En el campo de elaboración y participación en la ejecución de políticas públicas y programas de gobierno, se destacan la realización del Mapeo de la Economía Solidaria, el Programa Nacional de Ferias en Red de la Agricultura Familiar, la constitución de Centros Públicos de Formación sobre Economía Solidaria, la proposición del Sistema Nacional de Comercio Justo y Solidario y la constitución de políticas de comercialización solidaria, entre otros. Estas conquistas son fundamentales, y se dieron en la articulación en especial con la SENAES, además de la Secretaría de Desarrollo Territorial del MDA y del MDS.

En el marco legal, se destaca como conquista, la articulación y fuerza de movilización y negociación para el cambio de la Ley General de Cooperativismo (que data del auge de la dictadura militar y que dificulta sobremanera la organización de emprendimientos solidarios en esta forma jurídica); proposición de marco legal para los fondos rotativos solidarios; y la proposición del proyecto de ley de reglamentación de los Bancos Populares. Ninguna de estas leyes está aprobada, pero se están tramitando en el Congreso o en el Senado y algunas de ellas (como la ley general de cooperativismo) están con muchas probabilidades de aprobación en el 2008 o 2009.

Finalmente, el FBES (en los ámbitos nacional y estatales/municipales) ha sido un espacio que creó sinergias entre los actores para la creación y consolidación de varias redes y cadenas solidarias, en todo el país, como por ejemplo, las cadenas del algodón orgánico, de la semilla, de la miel, entre otras, la red de bancos comunitarios, la red de formadores (todavía incipiente), además de iniciativas como lugares de ventas, centrales de comercialización, organización de consumidores, etc.

Adital – ¿Cuál es el papel que el gobierno debe desempeñar en el fomento de la Economía Solidaria? ¿Hay críticas en relación con esto?

Daniel Tygel –
El principal papel que el gobierno debe desempeñar es el de reconocimiento de la Economía Solidaria como un sector que promueve un desarrollo, pero un desarrollo diferente del que estamos viviendo actualmente en el país y en el mundo: se trata de un desarrollo con base comunitaria, local, pautado en la conservación ambiental para las futuras generaciones y que no genera acumulación de riqueza en sus procesos, o sea, un desarrollo endógeno, local, sustentable, solidario, diverso (étnica y culturalmente, de género, edades, etc.). A pesar de los avances de este gobierno al crear espacios como la SENAES/MTE, SDT/MDA y el MDS y de programas como el PAA (Programa de Adquisición de Alimentos), entre otros, es necesario reconocer que son iniciativas excesivamente marginales: la economía solidaria no está en el centro de la agenda gubernamental estratégica de desarrollo. Ésta es la principal crítica: cuando el gobierno habla de economía solidaria, se restringe al discurso de la generación de trabajo y renta, pero no concibe el trabajo asociado e iniciativas económicas autogestionarias y articuladas con una ciudadanía activa y la radicalización de la democracia como verdaderos motores de otro desarrollo. Basta mirar las políticas de desarrollo, basadas en las grandes obras y fortalecimiento de la gran iniciativa privada, basada en la fórmula cartesiana de que «crecimiento económico genera empleo que a su vez genera desarrollo» (el BNDES tiene un presupuesto mayor que el Banco Mundial e ignora a la Economía Solidaria como potencial de desarrollo), lo que está comprobadamente equivocado, por las consecuencias drásticas en las comunidades a las que llega ese modelo actual de desarrollo: deforestación, desestructuración comunitaria, concentración de renta, éxodo rural, alienación de las personas en la toma de decisiones, entre otras.

Y no estamos hablando de utopías inalcanzables: ¡En Ecuador, por ejemplo, se acaba de realizar con éxito el referendo constitucional, que trae este reconocimiento en todo su núcleo fundamental! El artículo 283 de la nueva constitución ecuatoriana afirma, por ejemplo, que «el sistema económico es social y solidario; reconoce al ser humano como sujeto y fin; tiende a una relación dinámica y equilibrada entre sociedad, Estado y mercado, en armonía con la naturaleza; y tiene por objetivo garantizar la producción y reproducción de las condiciones materiales e inmateriales que posibiliten el buen vivir. El sistema económico estará integrado por las formas de organización económica pública, privada, mixta, popular y solidaria, y las demás que la Constitución determine. La economía popular y solidaria se regulará de acuerdo con la ley e incluirá a los sectores cooperativistas, asociativos y comunitarios».

Redes solidarias: autogestión y extensión de la democracia

En la segunda parte de la entrevista, el secretario ejecutivo del Forum Brasilero de Economía Solidaria (FBES), Daniel Tygel, discurre sobre la importancia de la articulación en redes, sobre el papel del consumidor en la Economía Solidaria y sobre los desafíos que restan para la efectiva implementación de esta otra economía.

Adital – ¿Cuál es la importancia de la organización de emprendimientos y entidades solidarias en redes?

Daniel – Éste es, actualmente, un tema fundamental en el movimiento de Economía Solidaria: la afirmación más contundente que tenemos es el de la importancia de la articulación en redes como estrategia para el avance de la Economía Solidaria en el país. Esto involucra el reconocerse, el construir iniciativas de logística solidaria, de comercialización (lugares de venta, centrales de comercialización y stock), de consumo, etc. Y estas articulaciones en red están presentes en la organización de los emprendimientos solidarios de producción, de comercialización, de asesoría y apoyo (Bases de Servicios) y de consumidores, tanto sectorialmente como en cadenas entre sí.

La estrategia de redes apunta a la modificación del propio mercado, del propio sistema económico, para contemplar mecanismos de regulación pautados en el buen vivir, en las bases comunitarias, de acuerdo con los intereses del bien común, y no de uno u otro gran empresario o político: en fin, es la estrategia que estamos desarrollando para el cambio del foco central de la economía, ya no más para el lucro sino para el buen vivir y la realización personal y colectiva, en el sentido más profundo de la palabra. Esto es solidaridad. Esto es autogestión y extensión de la democracia al ámbito económico de organización de la sociedad.

Adital – ¿Cuál es el papel que desempeña el consumidor responsable dentro de la Economía Solidaria?

Daniel – El papel del consumidor/a responsable es muy importante, pero ha sido poco explorado hasta ahora. Es difícil todavía concebir a la persona, institución o grupo que consume como un elemento activo en la construcción de la Economía Solidaria. Para ello, se hace necesario trabajar en dos dimensiones. La primera es el proceso de concientización en relación con el consumo: esto es fundamental, pues es necesario repensar las demandas de consumo, el fetiche del consumismo como forma de buscar la realidad, y debe ser una dimensión más trabajada. Necesitamos cultivar la «mirada curiosa», que pregunta «¿qué hay detrás del producto que estoy consumiendo? ¿Qué proceso lo trajo hasta aquí?» No hablo del discurso vacío de lo políticamente correcto, que es moralista e impuesto, sino del ejercicio de sincera curiosidad frente al mundo y de reconocimiento de la ley de que toda acción implica una reacción, o sea que, ¡el acto de consumo no es sólo un acto individual de elección, sino una inversión en una forma de producir, que puede ser predatoria y generadora de exclusión o constructora de otra sociedad!

La segunda dimensión que debe ser trabajada, más allá de la concientización y educación (que necesitaría ser incorporada en las escuelas, para prepararnos para aguantar las propagandas que nos atrapan diariamente), es la de la importancia de la organización de consumidores/as como emprendimientos solidarios, tanto individualmente como en espacios institucionales (de convivencia, de trabajo, de estudio). Esta dimensión activa de organización de consumidores es un desafío fundamental dentro del movimiento, pues permite la ganancia de escala y, con el uso de esta fuerza acumulada de compra, de la modificación de leyes de mercado incluyendo los criterios del comercio justo y solidario. Hay algunas iniciativas espectaculares en el país, pero todavía son pocas ante el desafío que tenemos por delante. El/la consumidor/a responsable es, por lo tanto, un importante actor para el fortalecimiento de la economía solidaria.

Adital – ¿Cuáles son las perspectivas para el próximo año? ¿Qué desafíos todavía tienen que ser sobrepasados?

Daniel – Ahora en noviembre se realizará la VIII Reunión de la Coordinadora Nacional del FBES (compuesta por más de 90 representantes de los 27 estados del país) que tendrá como principal objetivo la construcción del plan de acción trienal del FBES a partir de los resultados de la IV Plenaria Nacional de Economía Solidaria de este año. Es arriesgado, por lo tanto, adelantar cuáles serán las prioridades del año que viene. Creo, personalmente, que el año que viene será crucial para el futuro de la economía solidaria, y por lo tanto el FBES tendrá cuatro grandes desafíos, para preparar el campo para 2010, cuando tendrá lugar la Campaña de la Fraternidad cuyo tema es «Economía y Vida» (con su enfoque en la economía solidaria) y que va a realizarse la II Conferencia Nacional de Economía Solidaria (o a fines de 2009):

• Consolidar (e incidir en el Consejo Nacional de ES) la proposición del PRONADES (Programa Nacional de Desarrollo de la Economía Solidaria, incluyendo un fondo específico para el fomento y apoyo de emprendimientos solidarios utilizando como herramientas de transferencia de los instrumentos de finanzas solidarias – bancos comunitarios, fondos rotativos y cooperativas de crédito) y del Estatuto de la Economía Solidaria (o Ley Orgánica, que tendrá como principal objetivo el reconocimiento de la Economía Solidaria por la legislación brasilera). En relación con el Estatuto, existe la propuesta de que se convierta en la punta de lanza para un proceso de movilización durante la campaña de la fraternidad 2010 para la recolección de 1 millón de firmas para ser sometido como proyecto de ley de iniciativa popular;

• Priorizar el fortalecimiento de los Foros Estatales y Microrregionales de Economía Solidaria como espacios de construcción de sinergias locales rumbo a otro desarrollo;

• Apoyar la creación y consolidación de algunas redes principales (local y nacionalmente): a) la red de formadores en economía solidaria; b) red de iniciativas de comercialización y logística solidaria (lugares de venta, centrales, bases de servicio de apoyo a la comercialización); c) red de finanzas solidarias (articulando las redes de cooperativas, de fondos rotativos, y de bancos comunitarios); d) red de iniciativas solidarias de consumo responsable; e) redes y cadenas solidarias en el campo de la producción;

• Concretizar algunas alianzas estratégicas con movimientos sociales, especialmente en los campos de la agroecología, de la soberanía alimentar, del comercio justo y solidario, de las mujeres, de los catadores y de la reforma urbana, entre otros.

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